Cuando el dolor es tanto y tal que ni siquiera es posible empezar a ponerlo en palabras, están las palabras de los otros, las salvadoras sanadoras palabras de los otros que dicen exactamente aquello que ahora no podemos decir:
LOS TUYOS
Has llorado, en secreto, a los tuyos.
Lenta, inexorablemente, los has visto partir
alejarse para siempre.
Has sentido, en tu corazón
el desprendimiento de una rama que cae.
Y luego has borrado
las huellas de esas lágrimas,
has contenido en el límite infranqueable
los bordes de tu propio dolor
y lo has devuelto a tu pobre vida,
a los días siguientes, a las horas
para que permanezca allí.
Oculto
como una invisible y constante
cicatriz.
Juan Manuel Inchauspe
(Santa Fe, 1940-1991)
Visto en Artesanías Literarias
1 comentario:
Maravilloso!!!!!!. Besotes, amiga!
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