No, no fui a ver a Metallica. Y no importa. No importa porque ya los vi y los vi cuando tenía que verlos, es decir, en pleno auge de mi fanatismo por ellos y por el metal. Eso fue en 1993, exactamente en su primera visita a la Argentina. Todavía tenían el pelo largo. Y yo tenía apenas 19 años, todavía estaba en el secundario (aclaremos que repetí un par de años por vagancia pura) y ese recital fue el más importante de mi vida. Por lo menos así lo dejé escrito en el diario de aquella época.
Y hoy, que Metallica vuelve a tocar en la ciudad en la que vivo y con un setlist armado por la gente, quiero recordar algunos pasajes de ese diario, quiero compartir la visión sobre ese acontecimiento que tenía aquella chica, a quien todos llamaban Mary Jane (por un tema de Megadeth, no vayan a creer) y que todos los fines de semana iba a ver a sus bandas favoritas (Hermética, Logos, Horcas, Militia y un montón más), y que no se perdió ni uno de todos los grandes recitales que hubo en aquella época. Hoy quiero mostrarles a una de las que fui y que sigo siendo en algún punto del tiempo y del espacio, y que reencarna cada vez que escucho heavy-metal.
Imagen: Analía Pinto (2014) |
El 9 de mayo de 1993 escribí cosas como las siguientes:
- "Vélez estaba lleno: 45.000 almas llenando un estadio hermoso, en el campo no entraba nadie más, las plateas colmadas al máximo. El marco era impresionante. Había gente fanática de toda la vida de Metallica más las caras de todos los fines de semana, más gente que sólo asiste a eventos de este tipo, más los colgados, caretas, ocasionales y temporarios heavies de siempre, que en su mayoría eran minitas. En especial había gente de este tipo, minas que no calaban una, que esperaban sólo "los lentos" y que se notaba que en su puta vida habían ido a un recital. Yo sabía que esto iba a ser así y que iba a ser inevitable por la masividad que tiene hoy en día Metallica, pero de todos modos me jode que haya gente tan imbécil que ni siquiera se dé cuenta de qué lugar están pisando. Así que intenté no darle bola a la gilada y hacer única y exclusivamente la mía. Y lo logré."
- "Luego de una espera corta pero que para mí no se terminaba nunca (aunque matizada con un encuentro del que ya vamos a hablar), las luces del estadio se apagaron, salió una intro (creo que sacada de una película) y a los dos minutos salieron los acordes de "Enter sandman" y cuatro figuras vestidas de negro se dedicaron furiosamente a DESCEREBRAR a esas 45.000 personas que allí estábamos. Yo no lo podía creer y mientras saltaba como nunca salté en mi vida, saltaban también mis lágrimas y mi llanto a los gritos (jamás lloré así) pues la emoción era tal que ya no podía más."
- "Y por eso me volaron la cabeza, porque son AUTÉNTICOS y no tuvieron ningún empacho en demostrar la felicidad de encontrarse con gente tan caliente como nosotros. Es indescriptible la felicidad que había abajo y arriba del escenario, no existen palabras para describir FEHACIENTEMENTE la locura que se vivió anoche. Tocaron temas de todos los discos y esto también vino a demostrar el porcentaje de caretas y "paracaidistas" que había, porque hubo mucha gente que, cuando tocaron temas viejos, sobre todo de "Kill'em all", se quedaron en el molde como si nada, lo cual me pareció patético, pero, en fin, son ellos los que se lo pierden. Por suerte a mi alrededor había gente fanática que, como yo, no vaciló en cantar TODOS los temas sin cesar. Yo canté todo y lo canté todo gritando como una marrana!!! (...) Y mi locura, felicidad, alegria y delirio hicieron eclosión cuando salieron con "Nothing else matters", porque al ver todo el estadio iluminado sólo con los encendedores me hizo exclamar "¡Es hermoso!" y sí, era hermoso ver el estadio así, ver toda esa gente junta, y era hermoso ver a Metallica aquí, en mi país, tu país, SONANDO COMO LA PUTA QUE LO PARIÓ, matándonos a todos, y ese "es hermoso" me salió entrecortado de sollozos y ya no pude más: me largué a llorar y canté la letra de ese tema (que es alucinante), llorando, riendo y alucinando a la vez. Hacia el final del tema, cuando se pone más pesado, me salió la locura y grité como loca y el llanto desapareció. Pero ese momento, que lloré de pura felicidad, no me lo puedo olvidar ni lo olvidaré nunca."
- "Metallica tocó casi tres horas que se pasaron como si nada. Yo rogaba que no terminara nunca. Vi gente bostezando, sentada ahí en el césped y me pareció de terror. Yo rogaba a cada tema que pasaba que no se acabara nunca y creo que ellos también estiraron el show todo lo que pudieron pero tuvo que terminarse igual, y creo que tanto ellos como nosotros quedamos igual de felices. Y creo que eso es lo único que realmente importa. En el set recorrieron todos sus discos y no existen diferencias en los temas de un disco a otro. Quiero decir que todos suenan con una fuerza y energía increíbles, algo que jamás vi y dudo vuelva a ver."
Hay más, por supuesto. Se describe detalladamente la lista de temas, por ejemplo, se reafirma el amor incondicional por el metal y por Metallica, etc. etc. Me enternece terriblemente leer(me), leer lo que escribí y rememorar así lo que viví hace 20 años, y si me pusiera a analizar un poco más en profundidad lo que se trasluce por allí podría escribir una tesis. Pero no es la idea. Hoy, en este domingo lluvioso, sólo quería recordar lo que había sentido cuando vi a Metallica y entender, tal vez, por qué no fui a verlos ahora.
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