Estos días de inspiración escasa (suponiendo que exista la tal cosa llamada 'inspiración' y suponiendo que yo crea en ella) me las he rebuscado para cumplir con mi consigna autoimpuesta de "un-post-por-día" googleando las keywords que dieron vida a este blog. Hoy no fue la excepción y grata fue mi sorpresa al encontrarme con un bello y extraño objeto matemático para exhibir, con los debidos créditos, aquí mismo. Y de paso aprovecho para una breve reflexión.
Nunca me gustó la matemática. Los números siempre me parecieron entes incomprensibles, inasibles -como la palabra última, final, me objetaréis, pero ni siquiera como ella- y, para peor, nada atractivos, ni misteriosos ni musicales como las palabras, esos otros entes no sé si incomprensibles pero sí definitivamente inasibles.
Siempre me di de patadas con la matemática: si en la escuela primaria me fue más o menos bien luego de algunos tropezones iniciales (siempre recuerdo los llantos y lloros que me provocó mi ineptitud declarada ante una "simple división" la primera vez que tuve que enfrentarme con ella), en la escuela secundaria comenzó a irme cada vez peor hasta que en quinto año, el último a la sazón, el profesor, antes de ponerme la nota que me iría a salvar de llevármela a marzo, musitó "¿vos vas a estudiar Letras, no?" y ante mi trémulo "sí" me liberó para siempre de ellas. De las odiosas matemáticas. Estudié Letras, sí, aún no me recibo, no sé si me recibiré, pero siempre alego que una de las razones por las que decidí estudiar Letras es justamente no vérmelas nunca más con las señoras matemáticas.
Pero ahora, hete aquí, mi propia literatura me trajo de nuevo hasta ellas y me alegro de que lo haya hecho, ya que nunca nadie -bueno, a excepción, de un tiempo a esta parte, del multiprofesor y periodista Adrián Paenza- me dijo o me contó que la matemática podía ser tan interesante como la figura que les traigo aquí debajo. Si quieren saber más sobre ella, pinchen aquí y si quieren conocer al autor de gráfico y ver otros más, aquí.
Curva cuártica de Klein, diseñada por Greg Egan.
AP
P. D.: Por alguna razón que mi ciencia cibernética no logra descifrar la imagen de la bella curva cuártica permanece estática cuando debería moverse con un sugestivo ondular de adentro hacia afuera. En lugar de enloquecer, los remito al primer link citado donde podrán ver el movimiento en cuestión.
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