24 de marzo de 2008

Si estoy acá para desviarme, me desvío pues

Hoy es 24 de marzo. Fecha nefasta si la hay acá, en Argentina, culo del mundo. Como en estos últimos días vengo bastante baja de "inspiración" para escribir (no se me ocurre nada digno, bah) y como las alertas de Google ya parece que dieron de sí todo lo que podían dar (igual tengo la esperanza de que algo más aparezca en cualquier momento) y aprovechando que ahora es políticamente correcto mostrar contrición por esta fecha (como ya predijera la Señora, hace ya algunos años que "se vino el zurdaje" en esta tierra y muchas cosas cambiaron o parece que hubieran cambiado pero siguen siendo lo mismo), he decidido conmemorar este horrípilo aniversario con poemas de un poeta desaparecido.
Podía haber sido obvia y poner poemas de Roberto Santoro o de Paco Urondo pero he decidido ir un poquito más allá y difundir a un poeta menos difundido aún, Miguel Ángel Bustos (1932-1976?). Tiene la particularidad de ser conciso y desgarrador. Ya quisiera esas cualidades para mí. Aquí, 3 perlas para dejarnos conmover hasta la médula por algo en apariencia tan "simple" como estos maravillosos mecanismos textuales (y desafío a cualquiera a que me demuestre, con pruebas irrefutables, que no lo son. Oh, perdón... esta es una polémica de mi otro blog, pero bueno, ya que estamos desviándonos...).
Vamos a lo bueno, vamos a por Bustos y su gran poesía, despojada de ornamentos, tan desangelada que duele, lastima pero también revivifica, enciende, hace comprender. ¿Qué más se le puede pedir a un poema, a un poeta?

Música al niño

Tocaré algo,
pulsaré elástico un aire popular de muerte
un algo musical,
para dar piedad a mi sombra.
Tiene que ser una cuerda
fría y lejana
con flores y cristal de nieve,
un canto nublado
que alza la voz y arranca.
He de bajar mi nota
hasta el niño que corría en mis piernas
tan antiguo,
a que entone una canción en tono suave
una lengua pequeña entre las ramas,
un tocar a despedida.
No vaya a doler sin esperanza.


Poema en voz baja

Me acosté
en silencio
me levanté
en silencio
salí al sol del silencio.
Esta es mi patria
la tierra sin lengua.
Muramos
con el trueno
el simple trueno de la sangre
mi amor.


Soy inmortal

Creo que el poema
con dientes y alma
capaz de andar cien siglos
con una vuelta de sangre
vive.
Desnudo
brutal
oscuramente humano

En Despedida de los ángeles (1998).

AP

P. D.: Éste fue el poema con que conocí a Miguel Ángel Bustos, gracias a mi amigo y co-equiper de proyectos literarios varios, Cristian Vaccarini:

"Escribe mientras sea posible. Escribe cuando sea imposible. Ama el silencio"

En Visión de los hijos del mal (1967).

1 comentario:

Daniel Medina dijo...

Bellísimos poemas, de esos que llegan; llegan ahí donde uno no conoce ni de si mismo ni de nadie.
¡Qué difícil conocerse A.P.! Que incomprensible no entender(se) a veces.
Este Blog tiene lectores y suscriptores, simplemente porque vale la pena leerlo y siempre aporta “algo” a ese enorme lado que es mi ignorancia.

Daniel
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