13 de abril de 2010

La vida en pausa (o las curvas donde nada pasa)

Sigo indocumentada e incomunicada. La vida en pausa. Una vez más la montaña rusa del amor me sorprende con sus idas y venidas, sus rizos, sus vueltas carnero, sus trepidantes e inquietantes mesetas. Quizás es que la cosa venía medio acelerada (o medio a los tumbos, según como se vea) y los dioses del universo (sí, yo siempre he sido politeísta) decidieron darme un respiro. Pero ¡qué respiro más aburrido...!
Porque venía embalada como loca en cierta historia, que ahora pareció -o parece- frenarse. Porque se vislumbraban encuentros posibles e imposibles. Porque en el camino se me cruzó, de la nada, ya saben quién. Porque renacían pasiones después de tantos años de silencioso y distante cortejo. Porque aparecían horizontes cálidos, mansos y majestuosos allá a lo lejos. Pero ahora todo se ha detenido. Nada acontece. Todo está en un molesto stand still, en una foto fija que no me agrada, porque no dice nada. Porque no hay nada (mucho menos nadie). 
Pero qué sé yo. La lluvia me pone así también. Con una especie de melancolía serena. Aunque tenga algún que otro arranque de furia, por nimiedades o por los grandes problemas de toda existencia (a saber: ¿cuándo veré una vaca volar? ¿cuándo me llegará una estrella por correo -ya que el documento aún no me llega? ¿cuándo conoceré a un hombre libre, sin compromisos y listo y dispuesto para el amor? ¿cuándo me resultará realmente atractivo el hombre de la pregunta anterior? ¿cuándo se arreglará la administración de SeDiCI? ¿cuándo tendré todo un serrallo de hombres tan o más lindos que Georges Corraface sólo para mí? ¿cuándo habitaré una ciudad completamente desconocida? ¿cuándo tendré la suerte de ganar el loto -no importa que jamás juegue, se entiende? ¿cuándo completaré mi biblioteca -nunca grita un cuervo poeniano por detrás? ¿cuándo alcanzaré la mayoría de edad -nunca vuelve a decir el mismo cuervo? ¿cuándo me ocuparé debidamente de todos mis blogs -y el cuervo repite, etc.? ¿cuándo leeré todo Cortázar, todo Borges, todo Oliverio, toda Alejandra? ¿cuándo escribiré un poema definitivo, inolvidable, certero, impoluto? ¿cuándo mi novela? ¿cuándo encontraré los cuadernos que me robaron, las ilusiones que me robaron, la ropa, las ganas, los motivos, las ansias? ¿cuándo asumiré mi femineidad por completo? ¿cuándo el pasto será rojo o azul o violeta? ¿cuándo me mudaré a una isla caribeña a tomar daiquiris debajo de una hermosa palmera? ¿cuándo hablaré con los muertos, con mis muertos? ¿cuándo sorprenderé a una mesa en el exacto momento en que se esté rascando una pata como todas las mesas hacen cuando no las miramos -¡gracias, Julio!? ¿cuándo dejaré de preguntarme dónde, cuándo, cómo, quién y por qué?). 
La lluvia me pone así, dije. Ya ven. Hoy hubiera querido tener mi telefonito para sacar alguna foto de las nubes correteando por el cielo, oscuro y presagioso, o de algún charco o esas imágenes que siempre se nos ocurren tan fotografiables en momentos así (al menos a mí) pero no pudo ser. Tantas cosas no pudieron ser... pero no quiero ponerme pesimista. Pero revuelvo en el archivo de las fotos que sí pude sacar en su momento y les comparto una, a modo de ilustración de mi estado de ánimo de hoy.


- Río de Quilmes, 2009 -

Es sólo una pausa. Sucede que en la ficción esto se arregla con un maravilloso espacio activo (es paradójico que se llame 'activo' al espacio en el que precisamente no pasa nada, ¿no?) o con un cambio de escena, de enfoque, de narrador... En la vida real, eso se complica un poco. Pero sólo un poco. 

1 comentario:

Eowyn dijo...

Son tan malas las pausas? A veces sirven para respirar profundo, arremangarse y seguir para adelante, porque... Se puede ir hacia otro lado? Hoy salio el sol y espero que el hunor haya cambiado un poco tambien. El mio seguro esta diferente.

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