28 de abril de 2014

Por qué no miro tele

Renuncié a la televisión hace cuatro años, exactamente cuando me mudé aquí, a La Plata. Mi búnker es muy pequeño y traer la tele que había en mi otra casa implicaba resignar mucho espacio, más útil y necesario para otras cosas (léase libros). No tuve la menor duda al respecto y jamás me arrepentí. Vivir sin televisión es una de las mejores cosas que me ha sucedido en la vida.
Se me ocurrió hablar de esto porque he reflotado las alertas de Google (ver aquí) y entonces encuentro que Samsung está por presentar o ya presentó un televisor curvo. No sólo las teles actuales (o "los teles" como les dicen los platenses) son ya el paroxismo de lo plano y lo chato (en todo sentido...) sino que además ahora también serán curvas. Esto produce alguna clase de efecto visual despampanante, intuyo, o debe tratarse de una jugarreta comercial más. No importa. Importa que se puede vivir sin ese dichoso artefacto.
Y se puede porque existe Internet. De lo contrario creo que sí, que me hubiera costado mucho más el cambio, la renuncia, la carencia de esa cubo omnímodo y omnidireccional con su interminable cháchara desestabilizante y paranoiqueante (en todo sentido). Quiero aclarar, antes de que alguien salte a decirme algo, que lo que más deploro de la televisión son los canales de aire y dentro de ellos los noticieros y los programas como el que vuelve hoy (no me hagan nombrarlo, por favor). Soy perfectamente consciente de que existen (o existían, no sé ya) canales de calidad, interesantes, educativos, distintos, etc. Lo sé. Tampoco los extraño, si me preguntan. Internet suplió mi moderado deseo de ver alguna serie a la hora de la comida, el momento más crítico para cualquier persona que vive sola. Una vez que encontré sitios con todas las temporadas de Seinfeld, Friends o Two and a half men, todo quedó solucionado. Más todavía, pude ver Dr. House completa y en inglés, sin molestas publicidades en medio y en castellano como la enganchaba a veces en AXN (¿sigue existiendo?); lo mismo Sex and the city, Huff, Californication, y hasta Los Simuladores (ya ven que tampoco me engancho con las series que mira todo el mundo: no vi Lost, no veo Game of thrones y no vi Breaking bad, ni pienso verlas porque ME ABURRIERON HASTA LA MÉDULA ÓSEA Y MÁS ALLÁ hablando sin parar de ellas por todas partes). Y así, una vez que uno conoce el deliquio de ver lo que le gusta en su idioma original y sin interrupciones es muy difícil volver atrás. 
Por otra parte, como el cine ha sido siempre una asignatura pendiente en mi vida (sé que debo ver más, sé que debo ver ciertas películas, etc.) tampoco me preocupó demasiado perderme los "canales de películas", habida cuenta de que no miraba muchas y de que cada vez que se me daba por ver algo, irrumpían las malditas publicidades (todavía recuerdo que en 1993, cuando desembarcó el cable, al menos en mi casa, la gracia era no ver publicidades). Cuando apareció Cuevana, ese aspecto también quedó solucionado. Ahora hay cientos de páginas que ofrecen lo mismo.
¿Para qué, entonces, mirar televisión? ¿Para qué estupidizarse de esa manera? ¿Por qué estar pendiente de los repugnantes, monstruosos y malignos noticieros, como estaba mi viejo, por ejemplo? ¿Por qué creerle a esa máquina de generar caos, confusión, miedo, resentimiento y engaño? Hay personas, me consta, que creen que "la realidad" (suponiendo que podamos siquiera llegar a comprender qué sea) es lo que pasa en la tele. Más precisamente en TN (o ponga aquí el canal/noticiero de su preferencia). Yo preferiría morir antes de vivir en un mundo en el que esa constante deformación y denigración perpetua de lo humano sea la realidad. Como me perdería de muchas cosas interesantes, opto por no dejar que sus sucias ondas entren en mi casa. 
Lo único que realmente extraño es no poder ver pelis de Olmedo y Porcel en la cama cuando tengo fiaca. Pero intuyo que el día que tenga una notebook eso tampoco será ya un problema.

Los dejo con alguien que comparte mi aversión hacia la TV, jeje: 


Aquí, el capítulo completo.

2 comentarios:

el_bru dijo...

No viste Lost, no viste Breaking Bad, no viste Game of Thrones. Así te va.

Analía Pinto dijo...

Faltó que me dijeras OREHÚDA!!! jajaja, gracias, Tutu!

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