Siempre me quejo de que no casi no tengo lectores (a pesar de que los comentarios, escasos, pero comentarios al fin y el contador de visitas me demuestran lo contrario), de que casi no tengo feed-back y entonces para qué rayos seguir haciendo esto, si al final está en la red y nadie lo lee y... así podría seguir la cantinela sin mucho sentido ya. Es una realidad que me gustaría tener más lectores, más comentarios y más interacción, pero creo que teniendo en cuenta que este blog todavía no tiene dos meses, o apenas si está llegando a ellos, tan mal no va. Lo importante, por ahora, es que va.
Y yo tanto que me quejo haría bien en quejarme menos y preocuparme más por seguir escribiendo a como dé lugar, mientras sea posible y cuando sea imposible más todavía, como ya dijera M. A. Bustos, ya que tanto escribir tiene sus recompensas. No serán monetarias (ya me pagan en mi trabajo por escribir, no me puedo quejar pues) pero sí son igualmente gratificantes. Estimados leyentes, un posteo de este rinconcito curvilíneo y desviado ha sido publicado en una revista electrónica, igual que el artículo sobre las maquinitas poéticas de rumiante ha sido publicado en FIN, lareseña sobre la comedia musical gore de Tim Burton "Sweeney Todd" ha sido publicada en el número 29 de la revista Adamar, dirigida por C. Dolores Escudero.
Aquí les dejo el link para que visiten la revista y no se pierdan, además de mi textito, claro, por ejemplo, los exquisitos y sensuales poemas del poeta persa Hafiz en traducción de Rafael Cansinos-Assens (poeta español que introdujo a Borges al ultraísmo, para más datos, cuando Georgie era un imberbe joven de apenas veinte años y la Granda Milito le impedía retornar al país) o un ensayo muy interesante de Óscar Wong sobre el viento y su posible poética, donde recorre algunos vientos literarios famosos (como los que elevaron a Remedios la Bella entre las sábanas de Macondo, en Cien años de soledad de Gabriel García Márquez , por ejemplo) o un poema del gran Octavio Paz dedicado a otro grande en lo suyo, Joan Miró. En fin, delicatessens para todos los gustos, como siempre en Adamar. No se lo pierdan.
1 comentario:
Hace ya mucho que se “derivan” inquietudes, debates y hasta peleas entre A.P. y yo. Este “yo” que habla de mí, no existe; bien que le pese a A.P... No soy nada, no soy nadie. Sólo un lector consecuente y “admirante”.
Pero valga este comentario/respuesta aquí. Podría estar en cualquiera de sus posteos. Sufro tanto como ella la falta de feedback. Todos sabemos de qué hablamos. Y, si no es así, tampoco interesa.
Hace ya tiempo, quedó un interrogante (una suerte de pregunta casi, ojo que no es lo mismo) “flotando en el aire” ¿Puede existir un paso de lo virtual a lo real? Y más aun ¿Qué distingue una cosa de la otra? ¿Es válido que uno se haga este tipos de cuestionamientos? ¿Qué cambiaría en una relación que pasa del estado virtual “real”?
Valga aclarar algo aquí, no existe la realidad; filosóficamente hablando quizás si, pero, entre nos, existe lo “real”¸ un recorte que necesitamos para entendernos. Si le parece complicado, deje de leer esto y chau; si no, intente poner la cabeza aquí.
Las preguntas, los interrogantes no flotan en ningún lugar (metáfora) y, menos aun en el aire. El “aire” es una voz muy ambigua por cierto. Son, están para indicarnos caminos posibles (¿?) quizás. Desvíos a lo (pre)establecido y aceptado (les dejo sus posibles, son insondables, se los aseguro).
Estas “complicaciones” son sólo una introducción a algo más “espeso”, lo admito y les dejo la oportunidad de huir.
A ver, ¿cuántas veces escuchó un tono de séptima dominante? ¿Que no entiende con que le salgo? Le aseguro que lo hace a diario, aunque no le sepa, Cada vez que escucha música lo hace, Sin darse cuenta.
De qué “deliro”. Bien. Es un momento “musical” que exige una solución; una tensión que exige, reclama, “impera” una resolución. Reclama una salida a su propia trampa, quizás un “desvío”.
Vasily Kandisnky quiso encontrar (vislumbrar) un sistema teórico, tan perfecto y acomodado, al dibujo y a la pintura como la teoría musical. Dedicó gran parte de su vida, fuera de los pinceles a ello. No dejó mucho más con cu pintura que con sus teorías, escritas de su puño y letra ¿Existirá, como posible, escribir esa “gramática” de los visual?
Más allá de Kandisnky, una pregunta es una reflexión sin rumbo “inmediato” (eso se me antoja, sí) y, si abre caminos posibles, es en todo caso, una intuición o un “desvío”.
¿Qué relaciona, mas allá de teorías, como hechos expresivos, escritura, música o plástica? ¿Otra pregunta, otro desvío?
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