Una de las cosas que más me gustan de este blog (sobre todo por lo impensadas) es la posibilidad de curiosear, esculcar y espiar en otras ramas del arte y del saber. Considero que cuantos más conocimientos y estímulos provenientes de otras ramas del arte se experimenten más se fortalecerá y enriquecerá el arte que uno practica, especialmente si este es, como en mi caso, la literatura, ya que en ella cabe todo. Y cuando digo todo, quiero decir todo.
Así, y gracias a las alertas de Google una vez más, descubro a este joven, talentoso y hermoso (imagino que la platea femenina estará de acuerdo conmigo ni bien lo vean) arquitecto danés, que ha ideado algunos edificios realmente asombrosos o, por lo menos, llamativos. Les dejo
aquí una fotogalería del diario español
El País, donde podrán apreciar no sólo su belleza (esa onda ligeramente despeinada, ligeramente desprolija, con apenas un toque de rebelión y contrahegemonía es suficiente para trastornar, en mi opinión, a la mejor plantada -que no soy yo precisamente, pero esa es otra cuestión) sino algunos de estos edificios, como las pirámides invertidas y el edificio cuyas ventanas forman la cara de una reina.
Y aquí, algunos fragmentos de la nota principal, tomada del mismo diario:
"Bjarke Ingels (Copenhague, 1974) es el hombre del sí, que no se detiene ante un no. Cualquier situación que deje una puerta abierta le da una razón para salirse con la suya, por ahí se colará. Sus proyectos llevan impresa la cabezona insistencia del espermatozoide triunfador que, a costa de sus convecinos, desea perpetuar la especie. Nunca da una idea por perdida. Con 33 años y una importante carga de ambición, ha conseguido agrupar a más de ochenta profesionales, entre arquitectos, diseñadores y gente con ideas, en una empresa que lanza proyectos hacia Dinamarca y al resto del mundo, allí donde hagan falta, o no."
"Bjarke Ingels tiene el aire de un joven actor de películas de acción americanas. Viste camiseta gris con siniestro motivo de encapuchado negro en el pecho. Golpe de efecto. Aporta ese grado de provocación latente que sirve para explicar algunas contradicciones danesas. "El mejor modo de ser arquitecto -como diría Bernard Rudofsky, autor de Arquitectura sin arquitectos- es no ser arquitecto, sino evolucionar desde otras situaciones y otros ambientes", comenta Ingels."
"En la oficina de BIG no se ven croquis. Todo son maquetas. Parece la colección de coleópteros de un entomólogo a la que sólo le faltan los alfileres. Las hay de todos los tamaños y de todos los materiales. Llenan estanterías y explican la evolución natural de las formas. De un proyecto surgen otros y estudiando la cronología de las maquetas se puede seguir el hilo de la mutabilidad de las especies. Sus trabajos provienen de un ancestro común que condensa la conjunción de dos extremos opuestos: el de una vanguardia llena de ideas locas arrejuntada incestuosamente con la monótona efectividad de una organización empresarial. Ingels llama a este modelo la "utopía pragmática"."
"Desmesura, ambición, optimismo y humor son las características que definen su obra."
"El principal proyecto que BIG tiene ahora entre manos en Dubai, Emiratos Árabes, es Bawadi, un dorado edificio multiusos, con oficinas, espacios comerciales y viviendas. Se sitúa en duodécima línea de playa y trata de darle la vuelta al antieconómico rascacielos americano de acero y cristal, de manera que, agrupando cinco torres invertidas y colocándoles una tapadera común, a modo de mesa con cinco patas, se consigue un edificio de cien metros de altura con las fachadas rehundidas para evitar la incidencia de los rayos solares y una amplia superficie sombreada en la calle. De esta forma, la mayor cantidad de volumen construido se encuentra en la parte más alta, allí donde el precio de venta es mayor. Para darle sentido al esquema, cada pata corresponde a uno de los cinco preceptos del islam. La solución estructural se obtiene de la conexión catalana con Gaudí, quien investigó el sistema de fuerzas con la catenaria para aplicarlo después, de manera invertida, a los arcos y bóvedas de sus edificios. Bjarke Ingels relaciona estas formas con los mocárabes de las construcciones hispanomusulmanas que convierten, mediante complicados juegos geométricos, lo que es curvo en recto y lo que es bóveda en muro."
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