Así que aquí estamos: es el último día del 2009, al menos en esta parte del mundo. He decidido esperar el nuevo año escribiendo. En silencio y escribiendo. En los últimos días escuché por todas partes "qué año de mierda", "ojalá que se termine pronto", "la verdad que fue un año díficil" y otras tantas frases por el estilo. En mi caso, soy más optimista. Fue un buen año. No fue el mejor pero, definitivamente, no fue nada malo. Incluso fue mejor que el 2008 y se pasó mucho más rápido, signo claro de que las cosas me fueron bastante bien.
Sé que en lo externo hay desastres por todos lados, pero hoy me interesa detenerme en lo interno. Ya hay demasiada gente que se ocupa de transmitir las catástrofes nacionales y mundiales con una tenacidad envidiable. Yo quiero ocuparme de mi circunstancia, aunque parezca egoísta, antisocial o sencillamente autorreferencial. Qué se le va a hacer. La escritura o es autorreferencial o no es nada, y si no te gusta, andá a cantarle a Freud (o a Galán, es más o menos lo mismo).
Fue un buen año, decía. Hubo logros laborales que estaban en el horizonte pero que dependían de tantas cosas ajenas a mi desempeño que no se podía confiar demasiado en ellos, y sin embargo se dieron. Hubo logros personales que sí dependían completamente de mí y que fueron tomados como desafíos a vencer -y fueron vencidos. Hay, desde luego, cantidad de asignaturas pendientes, cantidad de issues por resolver, cantidad de zonas oscuras que el análisis, el arte y la escritura aún no iluminaron... No importa. Lo que importa es que hubo avances, avances que ahora yo misma noto. Antes no lo notaba. Bueno, no notaba casi nada...
Fue un buen año incluso en lo amoroso, aunque mi objetivo dorado (conocer a alguien maravilloso, enamorarme de nuevo y tener una relación fabulosa) aún no lo haya alcanzado. Fue un buen año a pesar de algunos cachetazos, de varias decepciones y de la terrible sensación de estar conformándome con menos cuando podría, con todo derecho, aspirar a más. ¿Qué sucede ahí, eh? Ah, no pinchéis, no metáis vuestro dedito mugriento en esa llaga, que duele... Yo sé que duele pero tal vez deba doler aún más para cicatrizar al fin. El hombre maravilloso, fabuloso, fantástico quizás llegará. Pero es más probable que llegue primero el hombre posible, si me atrevo a aceptarlo al fin. Pero ¿me atreveré? Puede ser uno de los desafíos de cara al 2010.
Fue un buen año incluso cuando escribí bastante menos de lo que deseaba. Este y todos mis demás blogs pueden desmentir esto a los ojos de los profanos, pero a los ojos de los obsesivos-compulsivos-fanáticos como una servidora no. No escribí todo lo que yo quería escribir, mucho menos corregí todo lo que yo quería corregir. La poesía estuvo remisa, aunque certera (es la impresión que me llevo tras la lectura de este poema en el primer Eros Aires). Los cuentos anduvieron ahí nomás. La novela quedó una vez más trunca. Pero las críticas teatrales salieron siempre en tiempo y forma, y hasta junio de este año mantuve un ritmo más que aceptable de reseñas bibliográficas. ¿Las retomaré el año próximo? No lo he decidido aún.
Y fue un buen año también porque descubrí la maravilla del arte correo. Esa forma de expresión plástica, totalmente liberadora y enriquecedora, no sólo me abrió las puertas a una forma totalmente impensada, para mí, de expresión, sino que me llevó a conocer un grupo de gente muy copada y estimulante, con quienes espero seguir en contacto gracias a esta maravillosa excusa del "mail art".
Y el 2009 me trajo también un viaje impensado (mi aventura de un día por Azul) y numerosísimos encuentros literarios y poéticos, entre los que destaco "Reunión de Voces", siempre de la mano de las divinas de Pretextos, y "Padua es una Rosa", lugar donde conocí gente muy especial ahora para mí. Todo esto sin contar la maravillosa experiencia que ha sido conducir el ciclo "Bendita Erato" a lo largo de todos estos meses, un ciclo que me colmó de alegrías y momentos inolvidables.
Y, por si todo esto fuera poco, este ha sido el año en el que se instauró la hermosa costumbre de salir a almorzar con las chiquis, costumbre que ha incluido también salidas nocturnas, otros encuentros y toda clase de "aguantes" femeninos que, ahora me doy cuenta, me hacían mucha falta y nunca podré terminar de agradecer y celebrar como es debido.
En suma: no me puedo quejar. Ni remotamente podría hacerlo. Todo lo que no logré o no se dio es simplemente porque no hice lo que debía hacer o porque no estoy preparada aún para ello. Todo lo que venga de aquí en más será producto, como lo fue cada cosa de este año, de esas pequeñas semillitas que fui sembrando no en el exterior sino en lo profundo de mí: creyendo, pensando, analizando, procurando cambiar (¡perdón por la terrible sucesión de gerundios...!), poniendo todo lo que hacía falta, asustándome mucho también.
Y bien: toda esta palabrería desarticulada no es más que un intento de reafirmar lo que dije en la Nochebuena pasada. Que hay que creer. En lo que sea. Pero, mayormente, en uno mismo. Yo estoy en eso. Espero que ustedes también.
Y ahora sí, que se venga el 2010 y que traiga lo que tenga que traer!!!
Luz, amor y poesía para todos!!!
3 comentarios:
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feliz año ani... este año te parto en 48 en el baño de bendita erato jajaja...urrus mira y se toca
Me encanto este post!!! Gracias a vos pude empezar el año en forma positiva, recordando las muchas cosas buenas que ha tenido. El 2009 ya fue, ahora a ver que pinta este 2010. Besos!
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