27 de diciembre de 2010

Los míos

Cuando el dolor es tanto y tal que ni siquiera es posible empezar a ponerlo en palabras, están las palabras de los otros, las salvadoras sanadoras palabras de los otros que dicen exactamente aquello que ahora no podemos decir: 

LOS TUYOS

Has llorado, en secreto, a los tuyos.
Lenta, inexorablemente, los has visto partir
alejarse para siempre.
Has sentido, en tu corazón
el desprendimiento de una rama que cae.
Y luego has borrado
las huellas de esas lágrimas,
has contenido en el límite infranqueable
los bordes de tu propio dolor
y lo has devuelto a tu pobre vida,
a los días siguientes, a las horas
para que permanezca allí.
Oculto
como una invisible y constante
cicatriz.

Juan Manuel Inchauspe 
(Santa Fe, 1940-1991)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Maravilloso!!!!!!. Besotes, amiga!

Daniel Medina dijo...

Sílo hice, jamás podré borrarlos, reparar nada, lo irreparable es contundencia fáctica, hechos que nos superan, fantasmas de posibles y "si estuviera", nunca aceptaré que no están, pero no están, no respondas si no lo has vivido.
NO ME DIGAN MÁS COMO HACER MI MALDITO DUELO, BASTA!
Nena, sos enorme, sabelo!

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