Es el día del amigo pero también es el día en que se cumplen 40 años de la llegada del hombre a la Luna. De ese mágico lugar que llamamos, con prepotencia digna de mejor causa, "Luna" y que otros llaman "Moon", "Lune", "Mond", "Lua"... Es nuestro satélite, esa lucecita que permanece de noche y de día y que yo siempre miro esperanzada, porque algo me hace creer que allí no hay sólo polvo y soledad, que algo más se esconde entre sus valles y hondonadas, que no es simplemente una roca que gira alrededor de otra roca más grande.
Mirar la luna ha sido una de las actividades favoritas de poetas y enamorados. Bajo su luz fría, mármorea, calma y nívea se han fraguado más besos y traiciones que bajo los dorados penachos de su hermano mayor, el Sol. Bajo su manto espectral se han amado todos aquellos que sintieron correr la sangre en sus arterias, que no pudieron resistir a ninguno de sus ensalmos. Bajo su misterio andante, que ni siquiera el Apolo XI pudo desentrañar (suponiendo que todo aquello sea verdad y no un mero truco hollywoodense), se conjuraron héroes y soldados, ídolos y diablos. En los oscuros bosques del tiempo, bajo su pálida luz lechal, las brujas se reunieron en sonoros aquelarres y los sátiros salieron a babear los cuellos de las bacantes. ¿Existe algo más romántico, más intrigante, más fabuloso que dejarse llevar por estos cuentos, acaso?
No lo creo.
Pero para los fanáticos de lo racional, aquí les dejo la información fría, exacta y deplorable de lo que se supone es o debe ser mi amada lua (la lengua portuguesa siempre sabe hacer más bellas las cosas bellas), ese misterio tan subyugante como los ojos del amado, esa superficie que tanto me gustaría hollar con mis manos profanas, ese mundo incantatorio que tanto me gustaría conocer, si es que alguna vez volvemos a pisarlo. Presten atención a las bellísimas palabras que aparecerán por allí, aptas para componer poemas de corte astronómico: gradiente gravitatorio, revolución sideral, libración diurna, relieve lunar, eclipse, revolución trópica, bóveda celeste, apogeo, perigeo, argón, cometa, asteroide, cráteres, selenita...
Aquí también les dejo una alertilla de Google que me inspiró este posteo vacacional (oh, sí! las ventajas de trabajar para el estado!) y aquí debajo una imagen (del "Mare Imbrium", tomada desde el Apolo XVII) que nunca dirá ni una décima parte de todo lo que la Luna representa en mi mundo interior y en mi mundo poético.
Feliz día del amigo a todos los amigos, los nuevos, los viejos y los que seguramente vendrán.
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